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Existen varios misterios alrededor de la Isla de Pascua, también llamada Rapa Nui por sus habitantes. Se trata de misterios sobre los orígenes de sus habitantes, su extinción y los Moáis, esas gigantes estatuas de piedra que se pueden encontrar en la isla.

Los misterios de la Isla de Pascua

                          Ubicación de Rapa Nui

Primer misterio: el origen de los habitantes de Rapa Nui

¿De dónde vienen los primeros habitantes de esta isla? De hecho, la isla habitada es la más alejada de un continente y la más aislada del planeta. Entonces, estaría normal preguntarse quienes fueron los primeros hombres en llegar en la isla y sobre todo cómo lo lograron. Existen varias teorías sobre el origen de los habitantes de la isla:

  • Los 7 exploradores polinesios: esta teoría, que es la más común, cuenta que los habitantes de la Isla de Pascua estarían originarios de las Islas Marquesas, situadas a unos 3600 km. La leyenda cuenta que el rey Hotu Matu’a soñó que sus tierras serían pronto sumergidas bajo el mar y decidió enviar 7 exploradores para encontrar otra tierra para instalar su pueblo. Encontraron entonces esa isla vacía y fértil, y 6 de ellos volvieron a prevenir su rey para después regresar y poblar la isla que llamaron “Te pito o te henua”, “El ombligo del mundo”.

 

  • El origen americano: en 1820, el pastor británico William Ellis defendió la teoría según la cual los habitantes de la Isla de Pascua serían originarios del continente americano y que habrían llegado sobre pobres embarcaciones, empujadas por los vientos favorables.

 

  • Los supervivientes de la Atlántida: según el explorador francés Dumont d’Urville, los habitantes de la isla habrían llegado… ¡a pie! Defiende la teoría de un gran continente, hoy desaparecido bajo el océano, que estaba conectado con la Isla de Pascua.

 

  • La teoría religiosa: los misioneros del siglo XIX observaron similitudes entre la cultura Rapa Nui y la religión hebraica. Existen también similitudes entre las historias de los Rapa Nuis y la Biblia o la génesis.

 

  • En las estrellas: muchas teorías originales y muy creativas fueron enunciadas durante estos últimos 50 años. Una respuesta simple para explicar el desconocido y el incomprendido es los extraterrestres. Algunos defienden la teoría según la cual serian implicados en la construcción de los Moáis por medio de ondas y fuerzas electromagnéticas.

 

  • La huella peruana: el explorador noruego Thor Heyerdahl expuso una teoría según la cual los primeros habitantes de la Isla de Pascua habrían llegado desde Perú. De hecho, el hombre hizo una comparación entre ambas zonas geográficas y culturas (trabajo de las piedras, presencia de plantas de América del sur, esculturas,…) y encontró muchas similitudes. Para defender su teoría, Heyerdahl decidió en 1948 cruzar el océano en balsa de madera desde Perú hasta Rapa Nui.

 

Segundo misterio: los Moáis

Auténticos emblemas de la Isla de Pascua, los Moáis son gigantescas esculturas de piedra que pesan varias toneladas y que se parecen a humanos. Sus tamaños pueden variar entre 2,5 y 9 metros de altura, y su peso medio se acerca a las 14 toneladas, aunque las más grandes pueden pesar hasta 80 toneladas. Pero, en realidad, ¿para qué fueron construidas? ¿Qué representan? ¿Y cómo fueron construidas y desplazadas?

  • ¿Qué representan? Los Moáis hacen parte del culto de los muertos de los Rapa Nuis. Cuando un jefe o un miembro importante de la tribu moría, un Moái estaba construido, representando esa persona, y estaba puesto de espalda al mar, mirando la tribu para protegerla.

 

  • ¿Cómo fueron construidos? La construcción de los Moáis se divide en 4 etapas. La primera consistía en tallar la estatua en la pared rocosa. En la segunda etapa, se despegaba la estatua de la roca. Después, el Moái estaba desplazado a lo largo de la roca hasta un agujero más abajo. Y finalmente, terminaban de tallar la piedra y grababan escrituras en la espalda de la estatua.

 

  • ¿Cómo fueron desplazados? Estos gigantes de varias toneladas fueron desplazados sobre más o menos 5km. Se plantea entonces la pregunta de los recursos utilizados para moverlos. Existen varias teorías que intentan explicar estos desplazamientos. Por ejemplo, la del trineo, que consistiría en posicionar el Moái sobre un trineo y halarlo con cuerdas. Otra teoría es la de los troncos de madera, según la cual los Moáis estaban desplazados levantados sobre un trineo que rodaba sobre troncos de madera halados con cuerdas. También existe la teoría que dice que los Moáis “andaban”. De hecho, según esta teoría, las estatuas estaban desplazadas siendo levantadas, con dos grupos de hombres en cada lado, halando sobre una cuerda para hacerla tambalear de un lado al otro.
AGESTRAD - Los misterios de la Isla de Pascua

             ¿Cómo fueron desplazados los moáis?

Tercer misterio: la extinción de los Rapa Nuis

La cultura Rapa Nui conoció su apogeo entre los siglos XIII y XV, donde se estima que había entre 6000 y 10 000 habitantes en la Isla de Pascua. Pero el día de su descubierta, el domingo de Pascuas de 1722, los exploradores encontraron solamente entre 2000 y 3000 habitantes. Y a finales del siglo XIX, está cifra alcanzó los 300 habitantes. Entonces, ¿qué ha pasado?

También en este caso existen varias teorías que explican la desaparición de la población de la Isla de Pascua.

  • La teoría ecológica: según esta teoría, los habitantes de la isla habrían desaparecido debido a sus acciones devastadoras. Al principio, la Isla de Pascua tenía una selva exuberante. Pero como los Rapa Nuis necesitaban madera para sus casas, los barcos, la vida cotidiana y sobre todo el desplazamiento de los Moáis, los habitantes habrían diezmado selvas enteras. La erosión de los suelos provocó la desaparición de los árboles, reduciendo así aún más las cosechas (el suelo no era muy fértil). Frente a esa situación, el culto de los Moáis fue abandonado y una guerra civil empezó.
  • La teoría climática: esta teoría cuenta que una severa sequía habría afectado la isla, provocando una escasez de alimentos.
  • La teoría de las ratas: según esta tercera teoría, estos animales fueron importados en la isla sobre los barcos de los primeros habitantes, y habrían provocado la deforestación. Esta teoría coincide con la primera teoría, aunque la causa no sea la misma pero el resultado sí.

 

Esto era un resumen sobre los misterios de la Isla de Pascua. Pero a pesar de todas esas teorías, esta isla desborda de misterios que quizás nunca podrán ser explicados…

Desde hace años, es común decir que los esquimales tienen 40 palabras o más para referirse a lo que nosotros denominaos sencillamente “nieve”. Sin embargo, según nuevas investigaciones lingüísticas acerca del “idioma esquimal”, no es completamente cierto que existan 40 palabras para esta denominación.

 

Todo empezó cuando el lingüista y antropólogo Franz Boas publicó en el prefacio de su libro Handbook of American Indian languages (1911:25) la siguiente afirmación:

 

“Otro ejemplo del mismo tipo sería las palabras para NIEVE en esquimal. Aquí encontramos una palabra, “aput”, que expresa NIEVE SOBRE EL SUELO; otra, “qana”, NIEVE CAYENDO; una tercera, “piqsirpoq, NIEVE A LA DERIVA; y una cuarta, “qimuqsuq”, NIEVE ARRASTRADA POR EL VIENTO.”

 

¿Realmente tienen los esquimales 40 palabras para referirse a la nieve?

¿Realmente tienen los esquimales 40 palabras para referirse a la nieve?

Esta inocente ejemplificación sirvió de pretexto para futuros lingüistas. Es el caso de Benjamin Whorf que en su artículo Science and Linguistics amplió el número a 5 palabras para designar la nieve o Roger Brown que lo redujo más tarde a 3. Pero fue tras una generalización en 1975 de Carol Eastman al comentar que son “muchas palabras”, en su Aspects of Language and Culture, lo que llevó a Landfors Wilson a afirmar que se trataba de 50 palabras las que tenían los esquimales para nombrar a la nieve. Para 1984, esta afirmación ya se había difundido por varios medios de divulgación de masas, como la televisión y la prensa, por lo que el hecho tan curioso se volvió bien conocido.

 

Sin embargo, como indicamos al principio de este texto, esa afirmación no es cierta. El primer problema que se encontraron los lingüistas al analizar el tema es que el “idioma esquimal” no existe de por sí. Es decir, que la etnia Inuit (en teoría la que habla el “idioma esquimal”) está compuesta por catorce comunidades diferentes que no hablan un único idioma, sino que se trata de 8 familias de lenguas que suman un total de 22 idiomas diferentes.

 

Pero, ¿cómo surgió entonces esta confusión? La respuesta es realmente sencilla: los Inuits usan lenguas aglutinantes. Una lengua aglutinante es aquella en la que las palabras se forman uniendo monemas independientes. Un ejemplo de ello es el finlandés, así, la palabra taloissani «en mis casas» está compuesta por: talo «casa» + i marca de plural + ssa marca de lugar («dentro de») + ni sufijo que indica al posesión («mi, mis»).

 

De esta forma, volviendo al tema que nos atañe, una manera de tener un resultado más generalizado, consiste en remitirnos a las raíces comunes en todas las variantes de las lenguas inuits. En este caso son solo tres: *qaniɣ (“nieve cayendo”), *aniɣu (“nieve caída”) y *apun (“nieve sobre el suelo”). Según el lingüista Larry Kaplan, de la Universidad Alaska Fairbanks, estas tres raíces están en todas las variantes de las lenguas de los Inuit. Y es así como se han formado todas esas variaciones de la palabra “nieve” en la etnia Iniut.

 

Isabel María Cara Martín

 

“Un estudio elaborado por el Instituto Americano de Físicos de Emergencia en 2012 analizó los errores de interpretación que tuvieron consecuencias clínicas y constataron que el número de errores era significativamente más bajo entre los intérpretes profesionales que entre intérpretes ad hoc, un 12 por ciento frente a un 22 por ciento. Y entre los profesionales con más de 100 horas de práctica los errores caían hasta el 2 por ciento.

 

Interpretación médica

 

Sorprendente, sin duda. Ad hoc aquí significa novato e inexperto. En ciertos países como el Reino Unido y los Estados Unidos, la formación es una posibilidad para aquellos que cuentan con tiempo y dinero. ¿Qué debería abarcar esta formación si tenemos en cuenta que los estudiantes ya se desenvuelven como intérpretes generales?

 

  1. Terminología médica y fraseología. Es en lo que se piensa en primer lugar, pero hay mucho más de lo que a menudo se cree. Existen diferentes niveles de lenguaje médico. Existe el nivel técnico que utilizan entre sí los profesionales de la salud; después tenemos el nivel con el que acostumbran a comunicarse con personas que solo conocen un “registro” popular o no versados en el tema.

 

Tomemos el siguiente ejemplo:

 

Técnico: trombosis coronaria.

 

Popular: ataque al corazón.

 

No versados y niños: dolor fuerte en el pecho.

 

Los intérpretes expertos deberían conocer todos los registros y cómo utilizarlos. Muchas administraciones sanitarias locales publicaron glosarios en las lenguas más habladas en sus comunidades.

 

  1. Conocimiento básico de medicina, primeros auxilios y anatomía en ambas lenguas a nivel Wikipedia o cuidados básicos. Si el médico dice, “Creo que tiene el menisco roto. ¿Le duele?”, puede darse que el paciente no sepa dónde está el menisco, pero el intérprete sí tiene que saberlo.
  2. Tratar con personas (y consigo mismo) en circunstancias estresantes e incluso peligrosas. No hay que inquietar al paciente más de lo que ya está, al contrario; en ocasiones es el personal médico el propio problema porque no escuchan atentamente y con mente abierta, por ejemplo. Y, desde luego, el intérprete no puede desmallarse al ver sangre.
  3. Ética médica. El intérprete forma parte del equipo médico y tiene que respetar las mismas reglas que el resto, por ejemplo, saber qué o qué no se le puede contar a la familia del paciente.

 

Por lo tanto, lo ideal sería que la mayor parte de las interpretaciones las llevasen a cabo intérpretes formados y cualificados. Aun así existen varios matices. ¿Dónde encontrar los intérpretes que hablen los idiomas necesarios y cómo saber si están disponibles cuando y donde se les necesite?

 

Aquí es donde nos topamos con la realidad.

 

“Hace trece años, el estado de Oregón reconoció el problema y les pidió a médicos y hospitales que empezasen a utilizar intérpretes profesionales. La Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud ha ampliado el tipo de materiales que los hospitales y aseguradores tienen que traducir para aquellas personas que no hablan inglés. Pero tras haber aprobado dicha ley hace más de una década, Oregón sigue teniendo problemas a la hora de proporcionarle a sus pacientes la interpretación médica que necesitan”.

 

“Eby [Helen Eby, una intérprete médica certificada en Oregón] dice que Oregón cuenta con unos 3500 intérpretes médicos [es decir, intérpretes que pueden actuar en tales situaciones], pero que sólo 100 de ellos cuentan con la cualificación oportuna. Es decir, hoy por hoy cuentas con un 3 por ciento de posibilidades de que te atienda un intérprete cualificado o certificado en Oregón, “dice que “En mi opinión las posibilidades son muy bajas”.

 

Esto sale en un artículo no sobre algún país subdesarrollado que carece de infraestructuras médicas, sino de un estado americano con un sistema sanitario altamente desarrollado.

 

Sabiendo que la situación no mejorará a corto plazo, soy partidario de la interpretación por teléfono, la cual debería hacer que el limitado número de intérpretes médicos fuesen más disponibles. Pero resulta que la interpretación por teléfono tiene sus propios problemas a la hora de interpretar: la lectura del informe médico. Otra solución sería la de formar a más intérpretes, sin embargo:

 

“Ella [Eby] dice que se tarda mucho tiempo y supone mucho dinero conseguir el certificado, y, tras haber pasado por toda esa formación, una persona puede encontrarse que él o ella puede conseguir más dinero o tener un estilo de vida más estable en otro trabajo – como el de traductor de sentencias judiciales. Eso se debe a que en la interpretación médica suelen ser [considerados] asesores y no se les pagan por los viajes. Además las horas pueden escasas y esporádicas”.

 

Así pues parte del problema y su solución potencial es financiera. La promoción de cursos debería estar dirigida, en primer lugar, en trabajar con intérpretes que ya cuentan con la experiencia general y deberían de ser cursos baratos y subvencionados. Los intérpretes médicos deberían de estar mejor pagados y deberían de existir unas diferencias mayores entre sus tarifas y las de los intérpretes sin formación para así crear un incentivo para actualizar sus respectivas formaciones.

 

Mientras tanto, animo a que la masa, el otro 97%, sea reconocido, estudiado e incorporado, no ignorado. En última instancia, al paciente debería dársele información al respecto. Algo como lo que sigue:

 

“El intérprete que le ha sido asignado es un intérprete general competente pero no cuenta con la titulación de Intérprete Médico Experto (EMI). [O, en algunos casos, “El intérprete… no tienes o apenas tiene experiencia en interpretación y no cuenta con el certificado…]. Tenga en cuenta de que el peligro de errores de comprensión es significativamente mayor cuando el intérprete no es un EMI, al igual que el peligro de un fallo de diagnóstico aumenta en el caso de que el médico no es un especialista.

 

Aquí le enumeramos algunas cosas que puede hacer para ayudar.

 

Si cuenta con un glosario bilingüe o información sobre el paciente y su estado médico lléveselas al intérprete lo antes posible.

 

¿Lo que dice el intérprete tiene sentido y encaja en el cuadro clínico? Si no, pídale al intérprete que repita, y si sigue sin entenderlo pídale una explicación de la traducción.

 

¿La interpretación es mucho más corta que el original? Si es así, asegúrese junto con el intérprete de que no ha olvidado nada.

 

No se apoye en pacientes cercanos o niños a menos de que no le quede otra alternativa. Es posible que sus traducciones se vean afectadas por su involucración emocional.

 

Interpretar es agotador. Procure ofrecerle al intérprete una pausa periódicamente.

 

Si el intérprete comete muchos errores, pida otro.

 

Y para los propios intérpretes:

 

Forma parte de un equipo médico, sujeto a ética médica. No intente intervenir en el tratamiento o diagnóstico de los médicos.